Contesta de Primo de Rivera a Francesc Cambó per la prohibició d'una conferència
Transcripció:
“Excmo. Sr. D. Francisco Cambó.
Mi distinguido amigo: Desconozco de momento cuáles fueron las circunstancias que determinaron la suspensión de la conferencia a que se refiere en su carta sin fecha, que tenía usted proyectada para el Instituto de Ingenieros Civiles sobre el tema «Técnicos y financieros», y que por su gran autoridad bajo los dos aspectos hubiera reclamado vivísima atención de todos. Pero sí conozco y apruebo el motivo de la prohibición de la que se proponía desarrollar uno de estos días en el Fomento del Trabajo Nacional de Barcelona, que no ha sido otro que el anunciarla en catalán, cuya lengua no es pecado en ninguna ocasión ni en ningunos labios más que cuando se presta a propagandas e interpretaciones políticas, como de seguro había de ocurrir en este caso, en que disertante y oyentes dominan el castellano y el tema había de ser tan nacional como el interesantísimo de la «Revalorización y estabilización de la peseta». Y ya que usted lo desea, y aunque yo sea muy poco para definir la situación y actuación de personas como usted, he de decirle, con la franqueza que creo me es propia siempre, que a mi juicio es bien clara.
Los ex ministros del régimen u organización política que cayó el 13 de septiembre del 23, aun aquellos más conspicuos y no sólo libres de culpa, sino poseedores de altos merecimientos, fueron ipso facto, por razón de responsabilidad colectiva, condenados al ostracismo, como indispensable premisa de actuación del régimen naciente y satisfacción mínima debida al pueblo, que aclamó su advenimiento. Después, un buen número de ellos, colaborando sin sumisión, pero con eficacia ciudadana, anteponiendo el patriotismo a agravios que muchos sabían no podían alcanzarles, por merecidos que fueran para el régimen en que actuaron, las más de las veces con imponente protesta, han ido recuperando en el concepto público el puesto que personalmente merecen, habilitándolos la opinión para posibles intervenciones en los destinos públicos, que puedan demandar las vicisitudes de la vida nacional. Nadie podrá acusar a la revolución de septiembre del 23, que no otra cosa, aunque, por fortuna, incruenta, fue aquel acto, de cruel y despiadada, y por ello ha debido bastar y en general ha bastado, el lustro transcurrido para calmar sobrecogimientos y pasiones inevitables en casos tales. Sobre todo, y perdone usted la inmodestia, teniendo que rendir tributo de sinceridad a los aciertos y fortuna del régimen vigente.
La posición de usted era de las más difíciles. Hombre cuya capacidad y rendimiento todos proclaman, encarna en su persona agudamente la tendencia más peligrosa para la conservación de la unidad nacional, que los regionalistas y autonomías políticas conducen a romper, porque las concepciones de las multitudes son simplistas y no entienden las sutilezas de los cerebros selectos, y porque estos mismos, algunas veces, dominados por la pasión y el ambiente, van más allá de donde se propusieran, aunque ellos mismos, en momentos de reflexión, se taladrarían la lengua con un clavo ardiendo. Aceptado irrevocablemente por el régimen condenar al silencio, mientras él gobierne, toda propaganda y acto de carácter regionalista, la posición de usted es clarísima, ya que pocas veces podrá actuar desprendiéndose de tal significación o de que se la atribuyan. Pero se debe esperar tanto de su capacidad y diáfana dialéctica, que es una pena que oralmente o por escrito se prive de conocer su pensamiento respecto a los dos enunciados “técnicos y financieros" y "revalorización de la peseta", por lo que yo le invito a que sea en Madrid, sea en Barcelona, y naturalmente en castellano, que usted maneja magistralmente, los desarrolle, en amplio local que yo le proporcionaría, y por mi parte haré lo posible por ser su oyente, que de toda ilustración precisa mi insuficiencia, y porque yo estoy seguro de que usted tiene muy privilegiada concepción de una España grande que comprenderían todos, en cuanto le despojen de ambigüedades políticas en su exposición, y tirar por la borda palabras y compromisos viejos que nada deben ligar cuando a costa de tan pequeño sacrificio nos podemos adentrar en el camino franco y compensador que conduce al mejor servicio de la patria.
De usted affmo. s. s.
Miguel Primo de Rivera"
Carta de Primo de Rivera a Francesc Cambó publicada simultàniament que una altra de Francesc Cambó al dictador, publicades totes dues a l'ABC, p. 19 i 20 del 8/05/1928.